En la actualización de este mes nos complace presentar una de las historias más extraordinarias que hemos conocido en los últimos meses.
En febrero de 2010, Kate Allatt, una mujer de 39 años, corredora compulsiva, sufrió un accidente cerebrovascular que le afectó el tronco cerebral. Cuando salió del coma inducido por los médicos, le diagnosticaron el síndrome de Locked-in (LIS), una enfermedad donde el paciente es consciente, pero no puede moverse ni comunicarse verbalmente debido a la parálisis completa de casi todos los músculos voluntarios. Los médicos dijeron a su marido que «estaría mejor muerta». Durante las dos semanas siguientes, Kate podía pensar, sentir, ver y oír, pero era incapaz de comunicarse con sus familiares y amigos. Fueron sus amigos quienes se dieron cuenta de que podía intentar comunicarse parpadeando. Durante las nueve semanas que estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos, Kate sufrió alucinaciones, se sintió sola, asustada, aburrida, aterrorizada, aislada, vulnerable y sensible emocionalmente y sufrió un dolor muy intenso.
Gracias a la ayuda de su familia, Kate logró recuperarse casi totalmente y pudo volver a correr solo veintiún meses después del accidente cerebrovascular que sufrió. Desde entonces ha participado en campañas mundiales en apoyo de las personas que padecen el LIS. Defiende de forma ferviente que la comunicación y estimulación habitual constituyen derechos humanos básicos de los pacientes en estado comatoso, vegetativo, inconscientes y mínimamente conscientes ingresados en el hospital. No se pierda el discurso que realizó sobre este tema en TEDx en 2015.
De forma bastante casual, un primo de Kate la puso en contacto con la familia fundadora de FamilyPlug, cuyo objetivo de conectar y digitalizar la interacción entre los pacientes y sus familiares se adaptaba perfectamente a su labor como activista.
En palabras de Kate «la aplicación móvil FamilyPlug parte de una necesidad humana básica y sin duda me hubiera permitido recibir “visitas virtuales” habituales de familiares y amigos que no pudieron visitarme en el hospital. La tecnología funciona de forma automática sin necesidad de que un enfermero encienda el smartphone o la aplicación, lo que es esencial. Las voces de mis seres queridos podrían no solo haberme reconfortado y aliviado el aburrimiento, sino también incluso motivado en esos duros momentos».
En la actualidad el equipo de FamilyPlug y Kate colaboran en la concienciación sobre enfermedades raras y dolorosas, al tiempo que apoyan de forma activa a pacientes y sus familiares a aliviar su sufrimiento.